Vivimos en un mundo donde la tecnología no para de evolucionar. Y de esa revolución no se escapa la inteligencia artificial que cada día hace más humanos a los chatbots, esos robots que pueden entablar una conversación con el cliente y solucionar sus dudas, o parte de ellas, a cualquier hora del día.
Hoy es impensable que una persona tenga acceso en cualquier momento a un smartphone, una tablet o una computadora. Por lo que una duda podrá ser enviada a través de un chat, sin necesidad de una llamada telefónica a cualquier hora del día.
Siempre debemos estar preparados para atender las demandas de nuestros clientes. Es importante conocer a nuestros clientes, pero también estar disponibles para ellos siempre. Pero esa tarea es humanamente imposible, o más bien, es posible pero sería demasiado costosa.
Por eso, los chatbots nos ayudan a no dejar a un cliente sin respuesta, ahorrando costos y dándole una primera respuesta que en muchas ocasiones puede ser satisfactoria. Hay que tener en cuenta que cada día son más complejos y por tanto ya pueden realizar conversaciones por su cuenta, ya que funcionan imitando el cerebro humano.
Ya no son meros contestadores automáticos que solamente pueden notificar mensajes pre-grabados. Cada vez tienen más capacidad para recopilar información del cliente, procesarla y así ir generando una conversación similar a la que podría realizar un humano.
En un mundo globalizado como el actual, las empresas ya no solo deben atender a clientes que viven en su mismo país o huso horario. Los clientes pueden ser de cualquier parte del mundo y por tanto pueden escribir a cualquier hora. Por ese motivo, los chatbots ganan importancia para dar respuesta a esas dudas.
Tener un call center 24 horas tiene un costo muy alto para cualquier empresa, por muy grande que sea. Pero en el mundo actual, donde las personas cada vez está menos dispuesta a esperar por una respuesta, debemos contestar a la mayor brevedad posible. Y en eso es clave los chatbots y su evolución de la mano de la inteligencia artificial.
Un número de teléfono, la ubicación de la tienda o el precio de un producto o servicio son preguntas recurrentes de los clientes y fácilmente contestables. Son preguntas repetitivas que un chatbot podrá responder directamente. Esto quitará carga a los agentes de la empresa, que podrán centrarse en preguntas más complejas y que requieren de mayor atención.
Pese a todas las ventajas mencionadas, no se debe dejar de lado la atención al cliente clásica, donde una persona de carne y hueso atienda las dudas, preguntas y quejas de los clientes. Por ahora los chatbots son una revolución muy positiva y rentable para las empresas y su atención al cliente.
Por tanto, hay que ver esta herramienta como una gran ayuda, pero debemos tener un equipo humano capacitado y preparado para solucionar problemas para atender a los clientes, cuando la parte tecnológica no pueda dar respuesta.
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